Las agresiones sexuales que sufren las mujeres son cometidas por hombres. No quiero decir que todos los hombres sean agresores sexuales, si no que la gran mayoría de las agresiones las cometemos los hombres.
En España, se dan más de 45 agresiones sexuales a mujeres cada hora y de las víctimas, el 25% son menores de edad. Escalofriante! Las violaciones en un 80% de los casos las perpetran conocidos, y la utilización de la sumisión química suponen ya un 33%, y va en alza.
Con todo esto, es necesario que hablemos a los hombres, que los miremos a los ojos. Y no generar más terror en ellas, las mujeres, que, por lo visto, deben equiparse con todo un arsenal antipinchazos, si es que quieren salir a la calle.
El foco debe estar en nosotros, los hombres. Cuando los hombres van en pandilla y alguno dice medio en broma medio en serio “pues yo a esa… la emborrachaba hasta que me la llevaba al coche y le hacía de todo”. Ahí, ahí es donde puedes estar tú cortando la situación de tajo, ponerte serio y echarle narices para decir “yo por aquí no paso chavales, dais pena”.
Es necesario que los hombres comprendamos, que nuestros deseos no son derechos, y que por supuesto el tuyo no está por encima del deseo de otra persona. Los deseos se negocian y se llevan a cabo de forma consentida, sin anular a la otra parte.
Estoy seguro de que no quieres que, a tu hija, a tu mujer, a tu madre, a la chica de la cafetería que te sonríe al ponerte el café cada mañana, o tu compañera de trabajo que además es tu vecina, o a Paula, la mejor amiga del instituto de tu hijo, …digo, seguro que no quieres, ni puedes soportar imaginarte en tu cabeza, que sufran ninguna agresión sexual. Estoy seguro que si ves a otro hombre intentando echar una droga en un vaso o algo similar, a una mujer, de verdad que estoy seguro, que serás capaz de frenar la situación, avisando a seguridad o a la policía, intentando hablar con el agresor para que desista… y todo aquello que esté en tu mano, que es mucho, créeme.
Y os digo ya lo último, existen hombres, no tantos como nos gustaría, pero existen hombres que nos cuestionamos en lo personal, y que trabajamos, para acabar con la violencia machista.
Paco Rosales
Miembro de AHIGE Andalucía